La famosa entrega de premios empezó el lunes con el Nobel de Medicina para el estadounidense Bruce Beutler, el francés Jules Hoffmann y el canadiense Ralph Steinman. El Instituto Karolinska de Estocolmo valoró el trabajo realizado sobre el funcionamiento del sistema inmunológico, lo que ha permitido el desarrollo de vacunas contra enfermedades infecciosas o abrir nuevas vías en la lucha contra el cáncer.
Sin embargo, por primera vez en su historia, el Nobel fue entregado a título póstumo ya que Steinman murió 3 días antes de la ceremonia.
Ayer, fue el turno de los físicos, los científicos Saul Perlmutter, Brian Schmidt y Adam Riess
se llevaron el galardón de Física. Un Nobel con sabor a astrofísica ya que premia investigaciones sobre la aceleración de la expansión del universo, trabajos que nos llevaron a la misteriosa energía oscura (responsable de la dicha aceleración)
Estos investigadores observaron unas 50 supernovas y se llevaron una sorpresa al detectar un brillo más débil de lo previsto y por tanto una posición más lejana de lo esperado.
La explicación más razonable era que la expansión del universo se estaba acelerando
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