‘Es un error capital el teorizar antes de poseer datos. Insensiblemente uno comienza a deformar los hechos para hacerlos encajar en las teorías, en lugar de encajar las teorías en los hechos’. Escándalo en Bohemia (1891).
El personaje de Sherlock Holmes es un fiel seguidor del método científico, como queda demostrado en la anterior sentencia, aunque con las particularidades intrínsecas de su profesión. En este método los pasos a seguir son: observación del fenómeno, planteamiento de hipótesis, experimentación, teoría y formulación de una ley. Éste método fue usado por primera vez por Galileo aunque previamente Leonardo da Vinci y otros usaron procedimientos que se aproximaban. Una de sus características fundamentales es la reproducibilidad (capacidad de poder repetir el mismo experimento en cualquier lugar y por cualquier persona) y la falsabilidad (toda proposición científica es susceptibe de ser falsada). Ésta última cualidad (falsabilidad) proviene de la corriente epistemológica fundada por el filósofo austriaco Karl Popper.
Resulta sin embargo tremendamente paradójico que Sir Arthur Conan Doyle, el creador del personaje de ficción que representa el arquetipo de pensador racional, fuera un seguidor ferviente del espiritismo e incluso diera conferencias para divulgarlo. Es por ello que debemos estar prevenidos ante cualquier tipo de pseudociencia que pueda influirnos negativamente, en nuestro intento desesperado por alcanzar un mínimo de conocimiento sobre el mundo que nos rodea.
El personaje de Sherlock Holmes es un fiel seguidor del método científico, como queda demostrado en la anterior sentencia, aunque con las particularidades intrínsecas de su profesión. En este método los pasos a seguir son: observación del fenómeno, planteamiento de hipótesis, experimentación, teoría y formulación de una ley. Éste método fue usado por primera vez por Galileo aunque previamente Leonardo da Vinci y otros usaron procedimientos que se aproximaban. Una de sus características fundamentales es la reproducibilidad (capacidad de poder repetir el mismo experimento en cualquier lugar y por cualquier persona) y la falsabilidad (toda proposición científica es susceptibe de ser falsada). Ésta última cualidad (falsabilidad) proviene de la corriente epistemológica fundada por el filósofo austriaco Karl Popper.
Resulta sin embargo tremendamente paradójico que Sir Arthur Conan Doyle, el creador del personaje de ficción que representa el arquetipo de pensador racional, fuera un seguidor ferviente del espiritismo e incluso diera conferencias para divulgarlo. Es por ello que debemos estar prevenidos ante cualquier tipo de pseudociencia que pueda influirnos negativamente, en nuestro intento desesperado por alcanzar un mínimo de conocimiento sobre el mundo que nos rodea.
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