viernes, 28 de marzo de 2008

Este sábado se cambia la hora

Aunque probablemente todo el mundo lo tiene presente dado lo mucho que se insiste desde los distintos medios de comunicación, recordamos a todos los visitantes del museo que este sábado por la noche, después de la quema de la sardina, hay que adelantar los relojes una hora.

El domingo abrimos en nuestro horario habitual, de 11 a 14 horas, así que es importante que nadie se despiste y llegue tarde a disfrutar de las dos exposiciones temporales que tenemos ahora mismo (Pío del Río Hortega: neurología de nobel y El cielo de papel), nuestra sala del agua, el planetario y la sala Descubre e Imagina.

La idea de este cambio de hora primaveral es simple: cada día, hasta llegar al verano, el sol sale un poquito más temprano y es un "desperdicio" estar en cama durmiendo cuando el sol ya ha salido, así que nos levantamos todos una hora antes. Se considera que con esto se ahorra energía y además por las tardes podemos realizar más actividades con luz natural.

Estos cambios de hora tal cual se conocen hoy se vienen proponiendo desde finales del siglo XVIII, pero entraron en vigor en Estados Unidos y buena parte de Europa (España incluída) a partir de la primera guerra mundial, como medida de ahorro de urgencia.

Aunque posiblemente estas medidas tuvieran sentido durante el siglo XX, no está claro que en la actualidad este cambio horario suponga un ahorro energético significativo. En buena parte de los centros de trabajo las luces están encendidas independientemente de la presencia de luz natural, y el ahorro en consumo energético que supone un uso algo menor de luz eléctrica durante esa hora de diferencia es posible que no sea muy grande. Hasta el punto de que hay quien opina que no compensa las complicaciones y molestias que implica ese cambio de hora.

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